Curso 1960-61

   Me centro para este relato en lo vivido por mí en ese Curso. En el Curso anterior, en el Colegio Gran Capitán, se habían concluido los estudios de la 1ª Promoción de Oficialía Industrial y Agrícola. Una parte de aquellos alumnos dejó la Laboral, otros, la mayoría siguió sus estudios comenzando los dos años para conseguir el título de Maestro Industrial y otros fueron propuestos para comenzar los estudios de Grado Medio en Peritos Industriales. Las especialidades con que terminaron los alumnos de Gran Capitán eran Máquinas Herramientas, Matricería y Ajuste, Bobinadores de Motores Eléctricos, Montadores Electricistas, Mecánicos de Automóviles, Electricidad del Automóvil, Calderería y Soldadura y Modelistas de Fundición. También terminaron los que habían seguido la rama Agrícola.


   En este curso comenzó el nuevo Plan estatal en las enseñanzas de Peritaje Industrial. Como consecuencia de ello se eliminó lo obligatoriedad del curso inicial de Preparatorio, además de permitir el acceso a los titulados en Oficialía Industrial, y en lo que atañía a la U. Laboral, se le concedía la posibilidad de impartir las enseñanzas de esa carrera en régimen de Alumnos Libres, debiendo realizar los exámenes en la Escuela de Peritos de Córdoba. Como en el curso anterior alumnos procedentes de Bachillerato habían comenzado, por el plan de estudios anterior, la carrera de Peritos en Córdoba, a donde tenían que asistir a las clases, en este curso 60-61 fueron alojados en el Colegio Mayor y en el convento que los Dominicos tenían en S. Agustín en Córdoba.


   Algunos de los alumnos que fueron seleccionados para iniciar la carrera de P. Industriales, que yo recuerde fueron: Fco. Castillo Torres, Rafael Gutiérrez, Mariano Ibáñez, Ramos Obispo, Antonio Mena, Ezequiel Tena, Alfonso Cobo, Urbano Cruz, Saturnino Hernández, Rafael Caravaca, Ángel Lujan, José M. Gómez, Jaime Pons José A. Hernández y Antonio Chaves. En realidad hubo más propuestos pero estos son los que iniciaron la carrera. Todos ellos habían obtenido el título de Oficial Industrial, no obstante las enseñanzas en la rama del Automóvil y Agrícolas no tenían entonces la consideración de Enseñanzas Regladas por lo que no podían acceder a curso Selectivo de Peritaje.


   El P. Riera, hombre de recursos, descubrió que una puerta de acceso a la carrera estaba abierta a personas que acreditaran ser Oficiales de 1ª en la industria y con dos años de práctica. Así es que la Universidad Laboral, a los alumnos procedentes de la Rama de Automóvil y Agrícola nos dio esta “titulación”. De alguna manera casi que era cierto, los del automóvil habíamos participado en el mantenimiento de los autobuses de la Laboral, así es que Caravaca, Luján, Gómez Pérez, Pons, Chaves y yo nos incorporamos a la carrera pero en el curso Preparatorio.


   Los demás compañeros, junto con los que venían de los cursos de Bachillerato del colegio Luis de Góngora comenzaron a hacer el curso Selectivo de Peritos Industriales.


   El Colegio donde estábamos era el llamado San Alberto Magno cuyo Director era el P. Simón. Tanto en Preparatorio como en Selectivo de Peritos teníamos, prácticamente los mismos profesores, los Sres. Sanz de Lara y Juan García en el área de las Matemáticas, D. Narciso Sánchez Doncel en Física, D. José Mira en Química y el Sr. Arroyo en Dibujo.


   Para los que veníamos del Colegio Gran Capitán, el San Alberto nos supuso un notable cambio en las costumbres colegiales, alguien nos dijo que éramos “universitarios” y en eso se debería basar nuestro comportamiento, los horarios de comidas eran los mismos, pero nadie vigilaba si ibas o no a desayunar, se habían acabado la filas por los pasillos, fumaba el que quería y podía, para los momentos de ocio teníamos un bar con cervezas y juegos de mesa, la Sta. Misa de los domingos y festivos, considerada como acto colegial, era el único acto religioso obligado.


   Se formaron un montón de seminarios para actividades extra académicas, tales como literatura, teatro, cine, música, artes plásticas, ciencias sociales…donde se discutían las nuevas tendencias al margen de la cultura oficial, era la época del existencialismo, de la Rerum Novarum, de la doctrina Social de la Iglesia, de las canciones protesta, del cine italiano, por supuesto de los Festivales de la Canción, los guateques y hasta de los Beatles. En estos seminarios participamos muchos. Me olvidaba de los deportes y el excursionismo de fin de semana, pero es que yo participé poco. Se amplió el horario dominical de bajadas a Córdoba incluyendo, con algunos subterfugios, algunos sábados. Con esto quiero resaltar que buena parte de nuestra formación se gestó en estos seminarios y en este ambiente.


   El acontecimiento más relevante fue la visita del entonces Jefe del Estado Francisco Franco por las consecuencias que tuvo en los usos políticos en la U. Laboral. Ya he escrito algo sobre esto, pero merece la pena recordar lo ocurrido. Además de la omnipresente asignatura de Formación del Espíritu Nacional, en seminarios y otros grupos se discutía sobre la política nacional de aquel entonces, se contrastaba con lo que ocurría en otros estados y muchas de la cosas que pasaban en nuestro país no convencían, incluso ni se cumplía la política social falangista y por supuesto la naciente de la Iglesia. Empezábamos a entender las razones de unos y otros que llevaron a la desgraciada Guerra Civil y los abusos que en esta guerra se dieron. Casi todos nuestros padres participaron en uno u otro bando en ella y el intercambio de las vivencias oídas en casa nos dieron una visión más amplia de los porqués y los cómos de aquella desgracia. En este ambiente un día de un radiante y caluroso Mayo cordobés esperamos en el patio central la visita y la supuesta alocución del Jefe del Estado. La visita se produjo, pero las esperadas palabras fueron abortadas por los extemporáneos gritos rituales de un Jefe de Formación de Espíritu Nacional. No nos gustó nada que una ideología interfiriera de una manera tan obvia en un acto del máximo tan solemne.


   Hacía ya tiempo que no entendíamos bien por qué en los actos patrióticos de comienzo y final de semana se mostraban banderas que no representaban más que a una parte de la Nación y además se cantaba el himno de un partido representado en una bandera sin cantar el himno del otro partido también representado. Y sobre todo por qué no se entonaba el Himno Nacional que sí que nos representaba a todos. Así es que aprovechando la ocasión los Colegios de los “mayores” decidieron no cantar más el Cara al Sol en los actos de izar y arriar banderas. Esta actitud, después de algunas discusiones fue aceptada por el Rectorado de la U. Laboral Onésimo Redondo. En estos actos solo se volvió a escuchar el Himno Nacional y la única bandera que se izó en ese mástil fue la Nacional.


   Y llegamos al final de curso, los estudios de Preparatorio y sobre todo Selectivo eran difíciles, si a esto se añade que teníamos que aprobar las asignaturas en un solo examen, que el profesorado de la Escuela de Peritos estaba muy molesto por que las enseñanzas no las impartían ellos, sino los de la “Laboral” pues se produjo un gran número de suspensos, sobre todo en Química, sin otras razones que unos exámenes extremadamente duros. Algo se palió en los exámenes de Septiembre, pero un número excesivo de compañeros no aprobaron todas las asignaturas con lo que tenían que repetir curso, lo que implicaba la pérdida de la beca, Con un espíritu generoso, el Rector, fray Cándido Aniz, no consideró la pérdida de beca, el repetir curso no estaba en sus manos.


      José Antonio Hernández Garrido

Escrito por José Antonio Hernández Garrido el 25/11/2013 a las 20:04

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