Aromas

                        que

cautivan



En un mundo visual, sonoro y tactil,

a menudo nos olvidamos de que el olfato es el sentido

mas potente y esencial que tenemos.

Sergi Mejias (Texto)




Detras de un gran perfume siempre hay una “nariz”, un perfumista que se ha encargado de componer esa obra maestra aromática. Partiendo de una sensación, de una emoción o de un impulso, dan rienda suelta a un proceso creativo plural con un resultado exclusivo. Los aromas son una parte esencial de nuestras vidas. Desde que nacemos nos acompañan, pero a medida que crecemos, el olfato queda reducido a una cuestión básicamnete gastronómica. Educar el olfato y enriquecer este sentido es el primer paso de las afamadas “narices”. Nos sumergimos en el mundo de los aromas de la mano de reputados profesionales como Pedro de Leana, famoso por ser creador del perfume de Barack Obama; Ramón Monegal, miembro de la cuarta generación de los fundadores de la casa Myrurgia; Rosendo Mateu, considerado un maestro tras estar más de 45 años creando fragancias para Puig; James Boyd, que fué director de producción de Perfums Rochas en Barcelona durante años, y Bettina Parrisson, directora de Diseño de Eurofragance, empresa dedicada a la creación y comercialización de fragancias.

 

Patrick Süskind nos descubrió la figura del perfimista en su bestseller El perfume, ambientado en la Francia del siglo XVIII, en el que Grenouille, el personaje principal, percibe el mundo a través del olfato, un sentido que tiene más desarrollado que el resto de las personas. “Para poder pefeccionar una nariz hace falta memoria olfativa pero, sobre todo, imaginación y entretenimiento para distinguir, por ejemplo, el olor de la esencia de mandarina del de una molécula olfativa que provenga de la descomposición de un ser vivo. Porque, efectivamente, ese tipo de moléculas también se utilizan en la perfumeria moderna, aunque a la gente la suene extraño. Porque somos mamíferos, y nos sentimos cobijados y protegidos por este tipo de olores”, desvela Pedro de Leana, perfumista, conde de San Jorge y propietario del Balneario de Leana.

 

La figura del perfumista dentro del mundo de las fragancias es comparable a la del compositor en la música, a la del chef en la alta cocina o la de un novelista en el mundo literario. “A mi, particularmente, me gusta mucho la comparación con la música, aunque no tengo un buen oido. Pero, lo cierto es que una buena pieza musical se compone de notas y de silencios. Es decir, si pulsamos el sonido todo el tiempo, lo que tenemos directamente es ruido. En el perfume es lo mismo, tenemos que orquestar una armonia según las volatilidades de las esencias. De esta forma , hablamos de notas altas, medias y bajas”, explica De Leana. En cambio, Ramón Monegal, experfumista de Myrurgia y Puig, que se independizó en 2007 para crear su propio proyecto de autor recuperando los valores del perfumista versus marketing, se compara con un escritor que cuenta con las palabras del diccionario. Argumenta que el perfumista dispone de 10.000 ingredientes para crear una fragancia, que tiene un inicio, un nudo y un desenlace, al igual que una novela.


Los perfumes masculinos utilizan esencias de madera como una parte importante de su fórmula. Estas fragancias suelen mezclar los clásicos y llamativos aromas a cedro, pachuli, sándolo y vetiver.

 

Una de las grandes figuras de la perfumeria es Rosendo Mateu, perfumista desde 1968 que trabajó 45 años en las fragancias de diferentes marcas de la empresa Puig. Desde principios de este año sigue su propio camino , que le ha llevado a trabajar en Oriente Medio, donde sigue aprendiendo a pesar de su dilatada experiencia. El propio Mateu nos desvela que “en España somos unos grandes consumidores de perfumes porque esta en nuestras raices. Recibimos toda esta cultura a través de los árabes, que además de ser grandes artistas y matemáticos, fueron los primeros en destilar la esencia de la rosa”.

 

La inspiración es un punto vital en cualquier proceso de creación. Y la de un aroma no es una excepción. El punto de partida es tan importante como la meta, al igual que el camino a seguir. Para Pedro de Leana la creatividad aparece cuando ve un concepto que le llama la atención. “Cada perfume, como cada concepto, es un mundo en sí mismo. Quizá el perfume de Gaudí es el que mejor he desarrollado a partir de una idea abstracta, como era llevar el mundo arquitectónico de Gaudí al del olfato. Las personas que me leen dirán ¿como se puede hacer un aroma de Gaudí?. Pues bien, paseando por el casco antiguo de Barcelona llegué al proceso creativo de como diseñarlo. Y tras un año de estudiar tola la arquitectura gaudiniana, fuí cogiendo todos los elementos que dejó en sus edificios que eran susceptibles de crear un olor o aroma. Como, por ejemplo, los cipreses de la Sagrada Familia, la hiedra de la Casa Calvet, las rosas blancas y las olas que se evocan en la Pedrera o el olor del nogal de los muebles que diseñó. Y observé su forma de construir basada en espirales helecoidales para poder calcular las dosis de las esencias en esta misma proporción matemática. El resultado, un magnífico perfume unisex, que recordaba a un perfume de su época pero traido al mundo actual”.

 

N o   h a y   u n   s e n t i d o   q u e   n o s   c o n e c t e   t a n

r á p i d a m e n t e  c o n  u n a   s e n s a c i ó n  v i v i d a   m u c h o s 

a ñ o s   a n t e s   c o m o   e l   s e n t i d o   d e l   o l f a t o

 

El olfato es el gran desconocido de los sentidos. La paleta olfativa normal contiene unos 10.000 olores básicos y diferentes. Jimmy Boyd, autor del libro Perfume y sensibilidad, considera que nuestras fosas nasales són lo mas parecido a un túnel del tiempo, ya que no hay un sentido que nos conecte tan rápidamente con una sensación vivida muchos años antes como la del olfato.

Llevado por su inquietud creativa, Boyd entrevistó a más de 3.500 féminas para saber porque una mujer se entusiasma con un perfume y otra no, y llegó a la conclusión de que había una correlación entre personalidad y familia olfativa. Por eso, este perfumista se inspira en el carácter y en la personalidad de la marca o del perfume para quien hace la creación. “Hace pocos meses me pidieron que creara un perfume inspirado en el acorde olfativo de un vino blanco, el Gewurstraminer. Su acorde es rosáceo-pera-lichi-miel, y el resultado ha sido un perfume floral-frutal fantástico que está teniendo mucho éxito”.

En caso de Ramón Monegal, después de su dilatada trayectoria ha desarrolado su propio método basado en el lenguaje del perfume porque considera que el olor tiene una función y comunicación de valores que están en la naturaleza. De hecho, los animales perciben muchos más olores que nosotros ya que el ser humano tiene el sentido del olfato atrofiado. Cuando nacemos está intacto, pero con el tiempo lo asociamos al estómago y solo lo utilizamos cuando comemos. “En la naturaleza todo se identifica con un olor determinado. Un animal reconoce una seta buena y se la come, y una mala la deja. Creo que estos olores comunican valores: la bergamota es un cítrico que tiene una parte intelectual y lúcida, las flores tienen un olor sexual para los insectos las polinicen, las maderas son fuertes y flexibles...”, asevera Monegal.



Clavo, nuez moscada, canela pimienta, anis, vainilla ...Las especias confieren aromas cálidos, intensos y con carácter, dando lugar a fragancias exóticas y seductoras.

 

Pero la musa de la inspiración no siempre responde a la llamada del perfumista, por eso, en el momento de crear puede ser de gran ayuda un lugar, una situación, una persona, un recuerdo, un baile, incluso una comida. Y es que no solo se crean fragancias para la perfumeria. Hay mucho más recorrido, como nos decubre Perrisson, que durante un tiempo estuvo vinculada a interesantes proyectos como recrear el olor del espacio o desarrollar un menú polisensorial. Lo importante es estar alerta y saber captar la esencia. A partir de aquí, la alquimia de los perfumistas se pone en marcha para llegar al perfume final. Tras haber creado el acorde principal, se van añadiendo detalles, retocando, hasta conseguir que aquella persona que lo huela cambie su expresión al sentirlo bajo su nariz. “no siempre es fácil. Un perfumista puede tardar meses en este proceso y es probable que nunca llegue a ver la luz”, explica Perrisson.

 

E l   o l o r   t i e n e   u n a   f u n c i ó n   d e   i d e n t i f i c a c i ó n   de

v a l o r e s   q u e   e s t á n   e n   l a   n a t u r a l e z a

 

Entonces... ¿donde radica el secreto del éxito? ¿existe una fórmula magistral? Cada nariz tiene su método para alcanzar la gloria; por ejemplo, Mateu considera que es necesario conocer bien los gustos, las tendencias y tratar la materia para llegar a un nivel superior y transmitir una expresión olfativa que tenga un significado especial. No es cuestión de un componente, sino coherencia entre quienes somos y el mensaje olfativo que emitimos. Está claro que la memoria olfativa es única y personal y, por lo tanto es imposible conocer lo que cada fragancia hará sentir a quien la huela. Por eso, Pedro de Leana considera que es vital conocer la mente del grupo de gente al que se dirige, qué anhela y, sobre todo, cuál es su historia. Lo dice un perfumista que dió su salto al estrellato al convertirse en el “Perfumista de Obama”. Una persona del partdido demócrata estadounidense me sugerió crear un perfume para el presidente. No la considero mi obra maestra, siendo un gran perfume, pero sí suposo un antes y un después en mi carrera profesional. Construí el “Barack Obama” siguiendo mi particular filosofía de conocer la trayectoria de la persona que va dirigida la esencia. Pero también teniendo muy claro el efecto que debía causar en su entorno. El perfume es un resumen de su trayectoria, tiene esencias africanas que se unen a las hawaianas y a las europeas. Es cierto que fue lo que me dio fama como creador de perfumes diferente, porque se desveló que usaba la filosofía, la psicología y el arte de examinar los factores externo.

 

La creación de un perfume, por tanto, es un largo proceso donde la innovación, la técnica y la creatividad son los instrumentos necesarios para que las “narices”, los alquimistas del XXI, puedan diseñar un perfume exclusivo y personal.



La frescura de los perfumes cítricos combina los aromas del limón, la mandarina el pomelo, la bergamota y la lima. Estas frutas aportan energia y vitalidad, y son las fragancias preferidad para el verano

 

 

 

 

     Pedro Flores

Escrito por Pedro Flores de la Huerga el 17/01/2015 a las 11:20

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