FUTURO DEL MANTENIMIENTO DE LOS COCHES EN LA PRÓXIMA DECADA

 

 

 











 

Hemos hablado del futuro de la automoción, el coche llamémoslo tipo o deseado por las diferentes opiniones o punto de vista, hemos hecho un estudio de rentabilidad, pero ahora vamos hablar del mantenimiento y coste de los coches en la próxima década y de los coches generacionales que vamos a vivir.
 

 

El internet de las cosas y la realidad aumentada van a revolucionar la mecánica: un componente podrá pedir cita en el taller cuando llegue al final de su vida útil, y el mecánico, sustituirlo con la ayuda de unas gafas de realidad aumentada.

 

Las reparaciones de un coche diésel, hasta 280 euros más caras que las de un gasolina.

El precio de los mantenimientos programados y de las principales reparaciones es mayor, según demuestra un nuevo estudio, debido a la mayor complejidad de este tipo de motores

Un nuevo estudio vuelve a incidir en el mayor precio de las reparaciones de un vehículo diésel frente a sus homólogos de gasolina. El coste de los mantenimientos programados y de las principales reparaciones, como la reposición de un kit de embrague, puede ser hasta 280 euros mayor en un vehículo de gasóleo.

Así lo demuestra un análisis realizado por el comparador de talleres online Autingo, que ha analizado cuánto cuesta llevar un diésel al taller y si definitivamente conviene más dar el salto a la gasolina ahora que el gasóleo tiene un futuro complicado. Para ello, Autingo ha tenido en cuenta intervenciones frecuentes de tres modelos: el Citröen C4 II, Honda CR-V III y el Renault Scénic II.

«Hemos podido confirmar que más del 55% de las intervenciones analizadas resultan más caras en un diésel siendo cada vez menos rentable hacerse con un vehículo de este tipo», señala Diego Renedo, director de operaciones de la plataforma.

Para la intervención de mantenimiento de los 60.000 kilómetros, que incluye entre otras cosas el cambio de correa, tensor y polea, el presupuesto calculado para un Citroën C4 II en su versión diésel sería de 624 euros, mientras que en el de gasolina sería de 344 euros, es decir, casi 300 euros de diferencia. En el Honda CR-V, el conductor que ha elegido la opción diésel tendrá que pagar 99 euros más. Sin embargo, sucede lo contrario en el Renault Scénic de gasolina en el que esta operación resulta ser 38 euros más cara, alcanzando los 706 euros frente a los 668 euros del mismo modelo en diésel.

Otra diferencia importante de precio se encuentra en el mantenimiento de los 100.000 kilómetros, en concreto en el Citröen C4 siendo hasta 162 euros más cara en la versión diésel que en la de gasolina.

«El mantenimiento de un coche diésel suele ser más elevado porque tiene un motor algo más complejo, con más elementos. Y, por ello, en la mayoría de los casos la intervención es más costosa que un coche a gasolina», señala Renedo.

Esos saltos de precio también se producen en otras reparaciones comunes como por ejemplo la sustitución del kit de embrague. Esta es una de las intervenciones más caras de los coches y si fuera necesario hacérsela a un Renault Scénic de diésel costaría 838 euros frente a los 673 euros del mismo modelo en su versión de gasolina. La situación se repite con el cambio de la bomba de agua en el que el propietario de este mismo vehículo en diésel tendría que pagar 350 euros, es decir, 23 euros más que el dueño de uno de gasolina que desembolsaría 327 euros por esa reparación.

Este es el coche con las reparaciones habituales más baratas

Puede haber diferencias de hasta 366 euros en una misma reparación entre las tarifas de los cinco coches más vendidos en España

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La sustitución del kit de embrague, cambiar el kit de distribución, sustituir el volante de motor, cambiar las pastillas de freno y la correa de distribución, además de las tareas de mantenimiento, como revisión de niveles y desgaste de los neumáticos, son las reparaciones más solicitadas en los talleres de reparación de automóviles. Un factor importante a la hora de decidirse a comprar un modelo de automóvil.

 

El Dacia Sandero, además de ser uno de los cinco modelos más vendidos en España, también es el que tiene, en general, las tarifas más baratas a la hora de llevarlo al taller para las reparaciones más comunes.

Desde la plataforma Autingo han analizado el precio de las intervenciones más comunes, como el cambio del kit de embrague, las pastillas de freno o la correa de distribución de los cinco modelos más vendidos en España durante el último año. Superventas de este año. Estos vehículos son el Seat León, Seat Ibiza, Volkswagen Polo, Dacia Sandero y Volkswagen Golf.

De acuerdo con su comparativa, puede haber diferencias de hasta 366 euros en una misma reparación entre unos modelos y otros.

Para elaborar su estadística ha utilizado los datos de Aniacam para conocer cuáles son los cinco coches más vendidos en España desde enero a junio de este año y ha calculado a través de su plataforma el coste de las cinco reparaciones que más se realizan en los talleres españoles según sus datos para cada uno de esos modelos.

Una de ellas es el cambio de las pastillas de freno debido al normal desgaste al que están sometidas. Se trata de una de las operaciones más económicas y entre los cinco coches más vendidos del 2018 es el Dacia Sandero – que ocupa el cuarto lugar del ranking – el que cuenta con el precio más bajo para esta reparación siendo de 67 euros.

A éste le siguen el Seat Ibiza y el Volkswagen Golf – segundo y quinto con más unidades vendidas – en los que cuesta 73 y 87 euros respectivamente.

Los vendedores se desprenden de stocks ante la llegada del WLTP mientras que los coches nuevos pagarán más impuestos

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A partir de septiembre de este año es obligatorio que todos los coches que se matriculen sean sometidos a las pruebas WLTP. Estas pruebas harán que muchos de los vehículos que ahora se venden en España, y que están exentos del citado impuesto por emitir menos de 120 gr de C02 por kilómetro, rebasen esa cifra y pasen a tributar más. En realidad no se modifican los límites de emisiones de CO2 y NOx, pero al realizarse las mediciones en «condiciones reales» de conducción, los resultados finales de las mismas serán superiores a los que las marcas homologaban hasta ahora para sus vehículos.

Esto va a provocar un panorama «inédito» hasta ahora en el mercado de automóviles, ya que por un lado habrá una gran cantidad de vehículos automatriculados y homologados según la normativa NEDC, y nuevos modelos homologados según la nueva normativa WLTP.

En la actualidad el impuesto de matriculación está vinculado a las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Con el WLTP se aplican mediciones más rigurosas, por lo que las emisiones de un mismo coche podrían aumentar en comparación con el ciclo anterior. En ese caso, de no adaptar la medición un mismo automóvil, este podría pagar un mayor tramo de impuesto de matriculación.

Un aumento de la oferta podría significar, de cara al consumidor final, un descenso en los precios. Pero la situación es mucho más compleja. Dado que muchos de los coches nuevos tendrán una mayor carga impositiva (es decir, un aumento de precio), el fabricante puede escoger entre dos alternativas. En primer lugar mejorar la oferta final del coche (con el riesgo de restar atractivo a las unidades automatriculadas y el consiguiente perjuicio para el concesionario propietario de las mismas), y en segundo lugar mejorar las condiciones financieras de dicha oferta. Además a muchos fabricantes no les quedará más remedio que eliminar algunos modelos de su oferta y reducir sensiblemente su gama actual. Y a todo esto hay que sumar una «avalancha» de nuevos modelos que las marcas tienen previsto comercializar desde septiembre y hasta final de año, por lo que también se pueden esperar ofertas para los modelos que se retiran del mercado, y promociones para los que llegan.

 

Numerosos expertos señalan que los automóviles van a cambiar en la próxima década más que en los últimos cincuenta años. La tecnología está avanzando a pasos agigantados y gracias a conceptos como la hibridación, electrificación, la conducción autónoma o el coche conectado, vamos a asistir a la llegada de un nuevo modelo de movilidad. El mantenimiento de los coches también está evolucionando al mismo ritmo, y los talleres independientes se están haciendo cada vez más profesionales y tecnológicos. Sin la férrea disciplina de marca de los servicios oficiales, su condición de multimarca les lleva a conocer una enorme amplitud de modelos, casuísticas y conocimientos, ofreciendo a los usuarios un servicio cercano y cada vez más eficaz.

Gracias a nuevos conceptos como las actuales soluciones de mantenimiento (conjuntos de piezas optimizados para trabajar juntas, en un único embalaje y con calidad de equipamiento original, que permiten sustituir elementos de forma rápida y profesional), a las futuras piezas conectadas, pasando por la realidad aumentada o los servicios de Repxpert (la marca de servicio Schaeffler para talleres); Schaeffler acompaña a los profesionales independientes con productos, soporte y equipamiento para la transformación tecnológica en la que estamos inmersos.

El internet de las cosas

Schaeffler ya ha avanzado en numerosas soluciones de digitalización para talleres, y las novedades que llegarán en los próximos años serán apasionantes. Las redes digitales comienzan a estar presentes en todo tipo de productos, y el conocido como Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), también está llegando a los componentes mecánicos. Y es que el automóvil no es más que una suma de componentes y sistemas, y todo indica que muy pronto serán las propias piezas las encargadas de recabar y compartir datos.

Entre esta información también estará la relacionada con el mantenimiento, por lo que los coches del futuro podrán enviar un mensaje al taller y pedir cita cuando detecten que alguno de sus componentes está llegando al final de su vida útil, o puede empezar a generar problemas. Y los talleres también podrán saber si se trata de un desgaste normal o de un fallo recurrente, en base a la información de otros modelos similares y de la proporcionada por el fabricante de las piezas.






En la actualidad estamos en el inicio de esta nueva era y ya hay modelos en el mercado con sistemas que explotan algunas de las posibilidades del Internet de las cosas y la interconexión de vehículos a través de la nube. Por ejemplo, el nuevo control electromecánico de balanceo de la carrocería del Audi Q7 envía información a la nube para compartirla con otros vehículos. De esta forma, cuando el coche pasa por un socavón de la carretera, advierte a otros vehículos que van a pasar por ese punto e incluso a los servicios de emergencia o mantenimiento.

El taller del futuro

Otra novedad que pronto veremos en los talleres es el uso de la realidad aumentada, para mejorar la calidad, duración y precisión de las reparaciones. Schaeffler ha mostrado en Automechanika Frankfurt un sistema de gafas en las que se proyectan imágenes sobre la visión real, que le ayudan a desempeñar mejor su trabajo. Por ejemplo, al apretar una tuerca, el sistema proyecta el par de apriete idóneo; o al sustituir un elemento, se van mostrando los pasos a seguir y otras informaciones de apoyo. A través de las gafas incluso se puede contactar con un técnico de soporte remoto de Repxpert -marca de servicios del grupo- para resolver dudas en tiempo real.

Esta fusión del trabajo diario con la proyección virtual de conocimientos -realidad aumentada- va a permitir mejorar la calidad, duración y precisión de las intervenciones en un taller, con los importantes beneficios para los profesionales del sector y los usuarios de los talleres, que podrán acceder a un mantenimiento cada vez más seguro y eficaz.

Hibridación y electrificación

La electrificación es un fenómeno imparable que también está comenzando a producir cambios en el mantenimiento. Los automóviles híbridos y eléctricos van a seguir ganando cuota de mercado, y generarán nuevos retos al profesional. En el año 2030, casi el 30 por ciento de los turismos que se fabriquen funcionarán con una propulsión completamente eléctrica. Otro 30 por ciento del mercado mundial aun estará constituido por vehículos propulsados únicamente por un motor de combustión. Y el 40 por ciento restante tendrán una propulsión híbrida, con sistemas que van desde la hibridación «suave» de 48 voltios que ha desarrollado Schaeffler, a sistemas más complejos como los ejes eléctricos o los motores ubicados en el cubo de rueda.

En cualquier caso la tendencia es que los sistemas eléctricos e informáticos (conectividad, inteligencia artificial…), sean cada vez más complejos. Y los talleres independientes tendrán que adaptarse a estas nuevas tecnologías, sin dejar de prestar atención a los aspectos puramente mecánicos de los automóviles, que en gran medida seguirán presentes.

 

 

     Pedro Flores.

Escrito por Pedro Flores de la Huerga el 12/01/2019 a las 20:30

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