Química para enfriar el planeta

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Científicos británicos acaban de descubrir el mecanismo de acción de estas moléculas (Birradical Criegee).

No son un milagro pero casi. Las Birradical Criegee o intermediarios de Griegee (CH2OO), son unas moléculas capaces de transformar el dióxido de nitrógeno y el de azufre. -Las dos partículas más contaminantes que emiten los vehículos en su combustión-  en algo inócuo, y siempre han estado con nosotros, en nuestra atmósfera. “Aunque el químico alemán Rudolf Criegee ya las descubrió en 1950, hemos tardado más de sesenta años en poder detectarlas físicamente porque hasta ahora no teníamos la tecnología necesaria. Los intermediarios de Criegee son emitidos por las sustancias vegetales y, en cuanto llegan a la atmósfera, se mezclan con otros isómeros –moléculas semejantes-, por lo que son muy difíciles de diferenciar. El responsable de haber podido verlas y distinguirlas de otras es un sincrotón especial –acelerador de partículas-“, señala Carl Percival, profesor de Química Atmosférica de la Universidad de Manchester, y uno de los autores de este descubrimiento.
Efectivamente, los Birradical están libres en la atmósfera, pero entonces, ¿por qué no la limpian ellos solos?. La respuesta es sencilla porque no hay intermediarios de Criegee en la cantidad suficiente para toda la polución que generamos.
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Así que Carl Percival, junto a sus colegas de estudio Dudley Shallcross, de la Universidad de Bristol, y Craig Taajet, de Sandia National Laboratories, proponen crear en laboratorio Birradical Criegee y lanzarlos a la atmósfera. “Una de las características más importante de estas moléculas es que actúan tanto de día como de noche”, explica Shallcross.
De esta forma se conseguirían dos efectos, que “se coman” los gases contaminantes transformándolos en aerosoles y que, al tiempo, estos aerosoles provoquen la formación de nubes para enfriar el planeta, algo realmente necesario pues en solo 100 años la temperatura de la Tierra ha subido 0,8 grados y va a más.

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Obviamente, antes de siquiera pensar en embarcarse en un proyecto semejante, habría que analizar profundamente cuáles serían sus efectos a largo plazo para evitar terminar como Venus.

 

          Pedro Flores

Escrito por Pedro Flores de la Huerga el 05/04/2014 a las 12:39

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