Tecnología de papel



 

Muchos consideraban que el papel iba a morir con la llegada de la era digital, pero se equivocaban. En poco tiempo, utilizaremos papeles inteligentes que modificarán su color cuando les afecte la temperatura medioambiental e interactuarán con nosotros intercambiando información. Además, el papel es un soporte renovable y biodegradable. Con el todo son ventajas.

Rafael Migorance (texto)



La fabricación moderna del papel la inició el eunuco Cai Lun , consejero del emperador He de la dinastía Han Oriental, en el siglo II a. C. Y después de aquella época, este material, hecho de finas láminas a partir de pulpa de celulosa, se ha convertido en imprescindible para el desarrollo humano. Hoy el papal ha iniciado un proceso de transformación revolucionario. Ha empezado a fusionarse con la tecnología digital y se ha abierto un mundo de infinitas posibilidades. Gracias al llamado “papel inteligente”, se podrán elaborar etiquetas dotadas de información clave que evite, por ejemplo, la piratería de productos con denominación de origen o la falsificación de billetes. “Cuando el papel inteligente se pueda imprimir , lo encontraremos en forma de pequeñas pegatinas adheridas a los libros de las bibliotecas. Pasaremos por delante de ellos y nos enviarán al móvil sugerencias de nuevos autores y novelas; también nos dirán el tiempo que llevamos sin acudir a la biblioteca o si nos hemos olvidado algún material de préstamo en casa”, señala Aurelio Mendiguchia, director técnico de ITGT (Instituto Tecnológico y Gráfico Tajamar).

Pero los avances no se quedan solo aquí. El sector papelero europeo ya se plantea el uso de tintas con nanopartículas de plata, cobre y carbono capaces de transmitir electricidad sobre superficies como el papel. Hay un tipo de tinta llamada “cromoactiva” que cambia de color cuando se ve afectada por un agente externo. Este fenómeno resultará útil cuando se aplique a los productos refrigerados. El chocolate, por ejemplo, se derrite sometido a altas temperaturas. Si la tinta cromoactiva original del envoltorio cambia de color, sabremos que el chocolate se ha derretido y no es apto para el consumo.

Imaginemos otro caso. Un transportista lleva verduras en su camión. Se trata de alimentos que se mantienen bien a bajas temperaturas. Podría ocurrir que el transportista apagara la cámara frigorífica por algún motivo injustificado. El consiguiente aumento de la temperatura dañaría las verduras y también los envases de cartón. “Si a este material se le insertaran indicadores inteligentes, con la información que registran se vería claro que el transportista es responsable del daño”, comenta Susana Otero Belmar, responsable de la Línea de Impresión Avanzada y Recubrimientos AIDO (Instituto Tecnológico de Óptica, Color e Imagen).

 

Otro avance interesante es el que han llevado a cabo científicos de CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). En concreto han inventado unas pilas de combustible en papel que permitirán que dispositivos diagnósticos , como las tiras utilizadas en las pruebas de glucosa o embarazo, funcionen sin necesidad de baterías externas. No cabe duda de que el papel es un material barato, biodegradable, delgado yflexible que permite transportar fluidos. Además, “ goza de una gran resistencia y, bien comprimido, posibilita crear estructuras sólidas”, indica Araceli Caballero. Su estudio ha sido responsable de las obras del pabellón temporal multiusos IE Papel Pavilion ubicado en el campus de IE (Instituto de Empresa) en Madrid. Su diseño ha corrido a cargo del arquitecto japonés Shigeru Ban, galardonado recientemente con el premio Priitzker, el equivalente al Novel de arquitectura. “Quiero remarcar que Shigeru Ban consigue generar, con unos simples tubos de cartón, un espacio innovador y muy elegante”, señala la arquitecta Araceli Caballero.

En la actualidad, existen más de quinientos tipos de papeles con aplicaciones sorprendentes. Aunque no lo parezca, es un material resistente que también se usa en construcciones arquitectónicas.

Sala de reflexión construida en el Instituto de Empresas de Madrid. La celosía está hecha con tubos de cartón (Estudio Serrano Suñer Arquitectura).

 

Según el último estudio realizado por la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (Aspapel), el uso de agua en el proceso de fabricación del papel ha caído un 4%. El sector está realizando un gran esfuerzo para aumentar la eficacia energética.

La etiqueta RFID transmite la identidad de un objeto mediante ondas de radio. Se considera la antesala del futuro papel inteligente.


Envase de cartón estucado con componentes electrónicos impresos que hace que se ilumine. Ha sido galardonado en los últimos Pro Cartón/ECMA Cartón Award.


La empresa española Cristaliza ha desarrollado VoilApp, una aplicación telefónica móvil que da acceso a información multimedia sin necesidad de alterar el papel impreso.

 

Porque el papel no solo formaparte de nuestra educación sentimental. Si dejamos a un lado el mito que asegura que el papel tiene los días contados con la llegada de la nueva era digital, la realidad demuestra que el ciudadano valora mucho su uso cotidiano. Según la encuesta realizada por Tecetel Estudios-Sigma Dos 2012, el 91 % de los españoles no se imagina la vida sin papel, el 81 % considera que el papel es mucho más entrañable que otros productos y tecnologías y para el 87 %, en una economía sostenible, lo mejor es adecuar la convivencia del libro de papel con el soporte electrónico.

Una innovación puntera es la que ha llevado a cabo Oriol Cusola, investigador de la UPC (Universidad Politécnica de Cataluña). Junto con las también investigadora Blanca Roncero y Cristina Valls, del grupo CelBiotech, ha desarrollado el primer papel impermeable con proteínas de origen natural. Es decir, en su proceso de fabricación ya no será necesario el uso de productos químicos comunes que luego dificultan en exceso el proceso de reciclaje.

Y si seguimos hablando de revoluciones, la idea se extiende hasta la propia fabricación del papel. Para dar el salto tecnológico necesario, el sector papelero puso en marcha el proyecto paneuropeo Two Team, en el que dos equipos técnicos y científicos de gran nivel trabajaron en competición durante 2013. Entre otras propuestas, apuntan al uso del llamado “CO2 supercrítico” para secar la celulosa y el papel sin necesidad de calor o vapor. El sistema ya se emplea en el secado de flores y frutas. Y desde los años ochenta se emplea para descafeinar el café y el té. También creen viable hacer papel sin agua mediante una solución viscosa y minimizando el uso de energía.

Esta batería de iniciativas forman parte de una estrategia que quiere convertir al papel en un producto adaptado a las necesidades del momento. Estamos a punto de vivir un cambio tecnológico sin precedentes.

 

 

        Pedro Flores.

 

 

Escrito por Pedro Flores de la Huerga el 15/03/2015 a las 19:27

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