EL BIOMUSEO DE GEHRY
El arquitecto Frank Gehry aceptó diseñar el Museo de la Biodiversidad de Panamá, el primero que se lleva cabo en Latinoamérica, en honor a su mujer, natural de este país. Su segunda condición fue que su obra albergase un espacio divulgativo. El lugar donde se ubica es mágico: la Calzada de Amador, una península a las afueras de de la ciudad de Panamá que cuenta con una espléndida panorámica de paisajes marinos, playas y palmerales, así como del tránsito de buques que cruzan el litoral pacífico; de ahí su segundo nombre: Puente de Vida.
El Museo de la Biodiversidad o Biomuseo será un compendio de la historia natural de Panamá, repartida en ocho galerías de exhibición permanente. Destacan la sala Panorama, un espacio de proyección de tres alturas con diez pantallas, y la sala Océanos, un área donde dos acuarios mostrarán el proceso de evolución del Pacífico y el Caribe después de quedar separados por el Istmo. Este es el principal objetivo del museo: contar la historia de cómo el surgimiento del Istmo de Panamá unió tierras y dividió mares, cambiando así la historia del planeta.
El diseño del edificio es un tanto atrevido, como corresponde a todas las obras de Gehry. El techo formado por planchas de colores primarios fuertes, imitan la manera en que las hojas de los árboles en la selva se juntan entre sí, permitiendo que la luz se difumine.
Las planchas alivian el calor en el interior y logran así un consumo de energía mas eficiente. Un dato curioso: solo hacer los techos se utilizaron 45.000 tornillos y remaches de acero inoxidable, además de 102.925 tornillos de colores. Los tonos escogidos, verde amarillo,azul, rojo y naranja, recuerdan la intensidad de los colores presentes en la fauna y flora de Panamá y, a la vez, aluden a la diversidad cultural de los pueblos indígenas, como los diablos rojos o las alegres casas bocatoreñas (Boca del Toro, Panamá).
Dado los fuertes vientos que suelen azotar el país, el arquitecto quiso que su proyecto estuviese a salvo de las inclemencias meteorológicas. Por ello, solicitó realizar varios simulacros para asegurar la resistencia de la estructura en caso de que, por ejemplo, se declarase un huracán.
El Museo de la Biodiversidad o Biomuseo será un compendio de la historia natural de Panamá, repartida en ocho galerías de exhibición permanente. Destacan la sala Panorama, un espacio de proyección de tres alturas con diez pantallas, y la sala Océanos, un área donde dos acuarios mostrarán el proceso de evolución del Pacífico y el Caribe después de quedar separados por el Istmo. Este es el principal objetivo del museo: contar la historia de cómo el surgimiento del Istmo de Panamá unió tierras y dividió mares, cambiando así la historia del planeta.
El diseño del edificio es un tanto atrevido, como corresponde a todas las obras de Gehry. El techo formado por planchas de colores primarios fuertes, imitan la manera en que las hojas de los árboles en la selva se juntan entre sí, permitiendo que la luz se difumine.
Las planchas alivian el calor en el interior y logran así un consumo de energía mas eficiente. Un dato curioso: solo hacer los techos se utilizaron 45.000 tornillos y remaches de acero inoxidable, además de 102.925 tornillos de colores. Los tonos escogidos, verde amarillo,azul, rojo y naranja, recuerdan la intensidad de los colores presentes en la fauna y flora de Panamá y, a la vez, aluden a la diversidad cultural de los pueblos indígenas, como los diablos rojos o las alegres casas bocatoreñas (Boca del Toro, Panamá).
Dado los fuertes vientos que suelen azotar el país, el arquitecto quiso que su proyecto estuviese a salvo de las inclemencias meteorológicas. Por ello, solicitó realizar varios simulacros para asegurar la resistencia de la estructura en caso de que, por ejemplo, se declarase un huracán.
Pedro Flores.
Escrito por Pedro Flores de la Huerga el 12/01/2014 a las 19:13
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