Columpios musicales para la creación conjunta. Así definen sus creadores el proyecto 21 Balançoires, un nuevo espacio para el juego y el arte situado en Montreal (Canadá).

 El poder expresivo de la música y su capacidad para transmitir emoción y felicidad colectiva es el origen del proyecto.

21 Balançoires (21 Oscilaciones), ideado por las artistas francesas Mouna Andraos y Melissa Mongiat, que desarrollan su trabajo en el estudio de diseño canadiense Daily Tous les Jours. Se trata de un instrumento musical gigante (como se puede observar en la foto), formado por 21 columpios, diseñados para componer música de forma colectiva, que se haya en el bulevar de los Artistas y une la Place des Festivals con Le Parterre. Cada columpio es un instrumento diferente que, al oscilar, produce una nota. A medida que el niño o el adulto que juega en él sube más y más alto, el sonido cambia; las idas y vueltas del balancín se transforma en arpegios y melodías.

Lo más fascinante es que hay sonidos que solo surgen cuando las personas que disfrutan de varios columpios interactúan entre si y coordinan sus movimientos. El proyecto estimula la creación colectiva y la “apropiación” del espacio urbano y, reúne a personas de todas las edades y orígenes en un lugar para el juego compartido y la poesía musical.

Según Mouna Andraos, “queríamos llevar la magia a lugares cotidianos y lograr que personas que no se conocen cooperen para crear música”.

Su objetivo es que su hermoso proyecto viaje a otras ciudades del mundo para, como explica Andraos, “crear espacios mágicos en medio del ajetreo urbano de la mano de una disciplina, la música, que se nutre de emociones individuales para llegar al alma colectiva”.

Pedro Flores